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Managing Panic Attacks

Fearing the fear can trigger more panic; here’s how to stop it in its tracks.

By Mr. Hershel Wertheimer MHC, MSEd.

Executive Director of Hamaspik of Kings County

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Question:

I've recently started experiencing panic attacks, and they’re beginning to interfere with my daily life. I'm afraid to go out in public or attend social events for fear of having an attack. What are some coping strategies I can use to manage these episodes and regain a sense of control?

Answer:

First of all, I want to acknowledge how difficult and frightening panic attacks can be. I sympathize with what you’re going through.

If you’re experiencing frequent or chronic panic attacks, it’s important to seek professional help. A licensed therapist can guide you through effective treatment options, and in some cases, medication may be recommended to help manage the symptoms. Since you mentioned that the panic attacks are a recent development, I’ll assume this may be a short-term challenge—though it still deserves attention.

Let’s start by understanding what a panic attack actually is. Typically, it begins with a sense of worry or anxiety. That initial worry can spiral into worrying about the worry itself. This cycle intensifies to the point where your body reacts—you might breathe too quickly or not enough, and that physical response can trigger symptoms like dizziness, shortness of breath, or even fainting. It’s your body responding to what it perceives as danger, even if there’s no real external threat.

Once you understand what a panic attack is, it becomes easier to recognize that the attack itself is not inherently dangerous. While the symptoms can feel intense and overwhelming, they are not life-threatening.

The real risk comes when basic self-care is neglected—if you’re not sleeping, eating, or caring for your physical needs, it can affect your overall mental health and, in rare cases, lead to more serious conditions, such as a manic episode. But that typically happens only in the presence of underlying psychological conditions, which doesn’t seem to be the case here, as you haven’t mentioned any other concerns beyond panic.

Solet’s be clear: under normal circumstances, if you’re taking care of yourself—getting enough rest, eating properly, and maintaining healthy routines—panic attacks, while distressing, are not dangerous. Remind yourself of that fact. Knowing you’re safe is the first step in regaining control.

Once you understand that a panic attack isn’t dangerous, it begins to loosen the mental spiral that often leads to more panic. The cycle starts when you begin to worry about having another panic attack—anxiety about the anxiety itself. That fear is what can actually trigger another episode. But when you remind yourself that a panic attack, while uncomfortable, is not harmful, it interrupts that chain reaction. You begin to take the power away from the fear.

Even if a panic attack does occur, you now know you don’t need to panic about the panic. It’s not dangerous. Often, the physical symptoms are connected to rapidor shallow breathing—so focusing on your breath can help ground you and bring your body back to calm.

By learning to manage the anxiety before it spirals into a panic attack, you’ve already accomplished an important first step. However, there may still be deeper anxiety that needs attention. You’ve prevented the panic—but the anxiety itself still deserves care and treatment.

Wishing you continued strength and healing.

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Sensibilidad auditiva

Mi hijo es sensible a los ruidos fuertes
(p. ej., sirenas, aspiradora).

Mi hijo busca sonidos o tipos de música específicos y parece más tranquilo cuando los escucha.

Sensibilidad táctil

A mi hijo le irritan ciertas telas o etiquetas en la ropa.

Mi hijo parece indiferente a las sensaciones que suelen ser dolorosas o a las temperaturas extremas.

Sensibilidad visual

Mi hijo es sensible a las luces brillantes o parpadeantes.

Mi hijo tiende a evitar el contacto visual.

Sensibilidad al gusto y al olfato

Mi hijo prefiere constantemente los alimentos blandos y rechaza los alimentos con sabores o especias fuertes.

Mi hijo busca olores fuertes o inusuales, como oler comida u objetos.

Sensibilidad propioceptiva

Mi hijo prefiere los abrazos fuertes o que lo envuelvan en una manta.

Mi hijo no es consciente de la posición del cuerpo en el espacio (por ejemplo, a menudo choca con cosas).

Sensibilidad social

Mi hijo se pone ansioso o angustiado en espacios abarrotados.

Mi hijo duda o se resiste a las actividades de escalada o equilibrio (por ejemplo, gimnasios en la jungla, balancines).

Sensibilidad al movimiento

A mi hijo no le gustan los movimientos rápidos o giratorios

Sensibilidad vestibular

Mi hijo se pone ansioso o angustiado en espacios abarrotados.

Mi hijo duda o se resiste a las actividades de escalada o equilibrio (por ejemplo, gimnasios en la jungla, balancines).

Please answer all questions before submitting.

Your Child’s Score is

  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

0-15: Baja sensibilidad sensorial

  • Interpretación: Su hijo presenta niveles bajos de sensibilidad sensorial, que por lo general se encuentran dentro del rango de desarrollo típico.
  • Recomendación: Por lo general, no es motivo de preocupación. Si tienes preocupaciones específicas o notas un cambio repentino de comportamiento, consulta a un profesional de la salud para que te haga una evaluación exhaustiva.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

16-30: Sensibilidad sensorial moderada

  • Interpretación: Su hijo muestra una sensibilidad sensorial moderada, lo que puede justificar la intervención.
  • Recomendación: Considera la posibilidad de realizar actividades que favorezcan los sentidos, los juguetes o la ropa sensorialmente sensibles, como auriculares con cancelación de ruido y mantas pesadas, para mejorar la comodidad. Si los síntomas persisten, consulta a un profesional de la salud.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

31-45: Alta sensibilidad sensorial

  • Interpretación: Su hijo tiene una sensibilidad sensorial superior a la media que puede interferir con su funcionamiento diario.
  • Recomendación: Solicite una evaluación detallada por parte de profesionales de la salud para conocer las opciones de terapia de integración sensorial y las posibles modificaciones ambientales.
  • 0-15

    Baja sensibilidad sensorial

  • 16-30

    Sensibilidad sensorial moderada

  • 31-45

    Alta sensibilidad sensorial

  • 46-60

    Sensibilidad sensorial muy alta

46-60: Sensibilidad sensorial muy alta

  • Interpretación: Su hijo demuestra niveles altos de sensibilidad sensorial que podrían interferir significativamente con la vida diaria.
  • Recomendación: Si su hijo muestra este nivel de sensibilidad sensorial, es muy recomendable que consulte con un profesional de la salud para una evaluación multidisciplinaria. Es probable que te dirijan hacia programas de intervención temprana y apoyo especializado.

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